viernes, 9 de marzo de 2007

Cuando las noticias serias no valen dinero

Mucho se habla de la labor de los medios de comunicación social dentro de la sociedad boliviana y en especial la cruceña, sobre todo en los últimos tiempos cuando el ciudadano asiste azorado a una cadena interminable de noticias sensacionalistas que tienen como denominador común el escándalo y la violencia en todos sus géneros.
Tanto se ha devaluado el valor de la noticia que aquellas que revisten importancia por su impacto económico para la sociedad en su conjunto, por ejemplo, dejan de ser tal porque no conmueven las fibras más íntimas del sentimiento humano y no son capaces de provocar llanto, angustia, miedo o sufrimiento.
¿Qué tengo que hacer para que mi nuevo producto salga en la televisión?, se preguntaba hace poco un empresario y él mismo se respondía: “Ya sé, no vendo sangre entonces no les intereso”.
No podemos negar que hoy en día los medios de comunicación se constituyen en un referente para las personas y que en muchos casos su influencia es tal que pueden llegar a determinar la conducta, posición o gusto de una persona frente a otra con relación a un acontecimiento o producto determinado.
Por este mismo hecho no cabe duda que los medios de comunicación tienen una responsabilidad muy grande con relación a los miembros de una sociedad y que esa responsabilidad es social, legal y ética.
En otras palabras, la responsabilidad de los medios conlleva varias obligaciones, entre éstas, la más importante es la de obrar de buena fe, no permitiendo que a través de ellos se difundan o trasmitan datos, hechos o acontecimientos que lesionen los derechos y la dignidad de las personas constantemente reconocidos y consagrados en los convenios y pactos suscritos entre las naciones del mundo, incluyendo el nuestro por supuesto.
Valgan estas líneas para reflexionar sobre la importancia de reencontrarse con la noticia seria, aquella que no eleva los niveles de audiencia pero que es capaz de serenar el espíritu y contribuir a dar estabilidad a una sociedad hastiada de conflictos y que necesita más que nunca de novedades más agradables.
Si los medios contribuyen a la formación de una sociedad menos morbosa sin duda alguna aportarán al crecimiento sereno de nuevas generaciones solidarias a las que ya no les importará el color de la lengua del ahorcado sino el compromiso con su región y su país.
Ese conjunto humano estará motivado para ejercer un nuevo liderazgo con la luz de la verdad y no del sensacionalismo que enceguece nuestros espíritus y nos aleja de los valores y principios que debería cultivar todo ser humano.

Elenir Centenaro
Directora del Semanario Santa Cruz Económico
Publicado en Santa Cruz Económico en Marzo del 2007